¿Qué hay debajo de mi cama?
La respuesta es sencilla, hay una cama. Pero para una descrpción necesito añadir algunos detalles, así que intentaré fijarme en ellos, después de echar una ojeada más.
Mi cama es de madera de pino, teñida en oscuro, por lo que el cajón que saca la cama de debajo, también lo es. Encima del somier de esta cama escondida, sólo está el colchón Flex con una sábana ajustable. Sólo hacemos la cama, con sus sábanas y su almohada, cuando recibimos visitas. Entonces, la sacamos completamente, y debajo de la cama donde duermo, no queda más que polvo, pelusa y el suelo de parquet (lo de las pelusas y el polvo, sólo cuando hace tiempo que no he barrido).
La sábana ajustable que hoy lleva puesta el colchón, me la compraron mis padres cuando tenía quince años, para llevarla a un campamento de verano. Aunque ahora me doy cuenta de lo que ha durado. Mi madre, que conserva muy bien las cosas. La sábana, en realidad, no es de mis preferidas (por no decir algo peor). Tiene unas grandes flores rosa fucsia y pequeñas amarillas, con hojas verdes y lazos azules pintados sobre fondo blanco.
Ahí debajo no he encontrado nada más. En otra época, podía haber descubierto alguna cosa escondida, o tal vez algún monstruito de los que me perseguían en mis pesadillas infantiles, pero ahora, salvo lo que he descrito, no queda nada más.
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