Cada fin de semana vamos conociendo más y más sobre Nueva Zelanda. Al principio salíamos por Wellington, los demás más que yo a causa del dinero. ¿Cómo es que una cerveza puede costar 6,50, 7 u 8 dólares? Pero eso no es mucho. Un chupito puede llegar a costar 7 dólares. ¡Un chupito! Aquí el alcohol está algo caro, como la mayoría de las cosas. Coger el “búho”, o el típico autobús nocturno, a las tres de la mañana cuesta 10 dólares como poco. Eso me ha limitado bastante para las salidas nocturnas, pero aún así me lo he pasado bien, sobre todos en las excursiones.
Hace dos fines de semana fuimos al lago Taupo y a Rotorua. En el lago Taupo nos bañamos en aguas termales durante 4 horas (no nos queríamos salir de allí), paseamos en barco alrededor del lago, e hicimos bungy jumping. Para quien necesite traducción, es algo así como a lo que nosotros llamamos puenting con cuerda elástica. En realidad yo quería hacer sky diving (saltar con paracaídas desde un avión), pero era más caro y los demás preferían hacer el bungy, así que al final nos tiramos desde el puente. Es algo que recomiendo. No os acobardáis, porque no es para tanto, y vale el momento. De todas formas, dentro de dos semanas iremos a la isla del sur y también podemos hacer sky diving allí, porque me quedé con las ganas. En Rotorua vimos a unos cuantos maoris bailando, un géiser, y aguas volcánicas que olían a podrido por el azufre. Os dejo unas fotos del lugar y de los maoris.
El fin de semana pasado fuimos a ver una colonia de focas. Las focas estaban al lado de la carretera y nos podíamos acercar a ellas todo lo que nos dejaban (mientras no se cabrearan…). Cuando bostezaban nos mostraban los dientacos llenos de sangre. También fuimos a ver Rivendell, la ciudad élfica de El Señor de los Anillos. No es más que un parque, pero vale la pena visitarlo e imaginarte parte del reparto de la película. Os dejo unas fotos. ¿Recordáis la parte de la película donde atraviesan un río con los caballos mientras les persiguen? Ahí estuve yo.
No puedo creer que sólo me falten dos semanas y media para volver a España. Todo ha pasado tan rápido que ni me he dado cuenta. Me gustaría quedarme un poco más, trabajando en el colegio, con mis niños, conociendo más gente y más lugares, y por supuesto, mejorando mi inglés. Quizá no vuelva más, y siento que me he perdido muchos lugares que ver. Como Auckland, la ciudad más grande de Nueva Zelanda, pero no entra en los planes, no nos da tiempo a verla, es una pena.
Ya os contaré más cosas en el próximo capítulo. ¡¡Saludos desde Lower Hutt!! (Es el barrio chungo donde vivimos, jajaja).